El Teatro Colón de Buenos Aires
Cuando hablamos del legendario y asombroso Teatro Colón de Buenos Aires, no podemos dejar de mencionar que es una de las más hermosas construcciones que tiene la humanidad.
Considerado uno de los más importantes del mundo, por sus dimensión, acústica y trayectoria.
Integra la lista de los cinco mejores teatros construidos para la ópera, por su espectacular resonancia.
Perteneciente a la línea selecta de la maravillosa Scala de Milán, de la inolvidable Wiener Staatsoper, la incomparable Ópera Semper de Dresde, y la fastuosa Ópera de París, es consagrada por quienes aman la música.
El Colón ha acogido a los más grandes artistas de la ópera, del ballet, de los concertistas y de los grandes maestros del arte de todo el mundo. Estos artistas han confesado, y es saber público, que ellos no se consideran que han logrado su objetivo, hasta no haber estado en el escenario de tan pasmoso teatro.
Sus dimensiones son de 8.200 metros cuadrados y la extensión total es de 58.000 metros cuadrados. Desde la hermosa e inmensa Avenida 9 de Julio, se puede contemplar majestuosamente sus dimensiones como sus detalles arquitectónicos que no deja de sorprender a los transeúntes de nuestra ciudad.
Presenta una capacidad para 2.487 personas sentadas. Si a esto le sumamos los lugares en la parte superior, decimos que llegamos a los 4.000 espectadores repartidos en siete niveles.
La sala tiene la ingeniosa forma de una herradura, es una de las más grandes del mundo. Con un estilo ecléctico, que acuerda el neorenacentismo italiano y barroco francés nos hace retroceder en el tiempo.
Sus diseños están presentados y resaltados con una decoración en los tonos dorados y escarlata.
Su cúpula original se perjudicó con filtraciones de humedad en los años 1930. Se restauro y se volvió a pintar en 1966 con inspiraciones armoniosas por el famoso artista contemporáneo Raúl Soldi.
Se puede decir que la araña central, objeto de deseo de los teatros de Buenos Aires, tiene siete metros de diámetro con setecientas bombitas eléctricas que deslumbran por su excentricidad y lujo a todos aquellos que llegan a disfrutar de una velada de suntuosidad.
El soñado escenario, tiene treinta y cinco metros de profundidad por treinta y cuatro de ancho. La boca de escena, es una de las más grandiosas que hay en el mundo, con una tecnología digna del siglo veintiuno. Con forma de herradura italiana ingeniosamente diseñada incluye al público como a los artistas y es la envidia de los teatros de Buenos Aires.
Envuelven la sala principal, el gran hall de entrada Foyer, el Salón Dorado, que al transitarlo, nos encandila la visión, el Salón de los Bustos, el Salón Blanco y el envidiable museo que hospeda los sueños y las vestimentas utilizadas por las celebridades que caminaron por su escenario.
El Teatro Colón de Buenos Aires, en el año 2006 fue restaurado, modernizado en cuanto a su tecnología, gran desafío fue el que se plantearon los restauradores para poder mantener su acústica logrando tal reto.
Sus puertas se volvieron a abrir el lunes 24 de mayo del 2010, aprovechando los festejos del Bicentenario de la Argentina.
Entrar en el teatro para escuchar, ver y sentir, mejor dicho, percibir. Se compara con el inicio de un sueño perfecto, un mundo que nos transporta a lo mas parecido que puede llegar a ser el cielo. Un lugar en donde las personas se quieren quedar por la eternidad.
Tan sublime es este espacio, que millones de personas en todo el mundo, sueñan con tocar, bailar, cantar, actuar, enseñar o pertenecer a tan encantador universo, que lamentablemente son muy pocos los que logran tal objetivo. Su saber y exigencia en todas las disciplinas, lo hacen ser el mejor lugar que todo estudiante de arte desea desarrollarse.