Las Cañitas es un conjunto de manzanas dentro del barrio de Palermo. Es un lugar muy tranquilo durante el día, con edificios y casas modernas y con muy poco tráfico. A la noche, todo toma otro color. Se puebla de porteños y turistas que recorren una gran cantidad de bares, pubs y restaurantes para comenzar allí la salida nocturna, que en Buenos Aires termina al amanecer.
Este gran centro gastronómico en unos de los barrios principales de la ciudad tiene su porqué. Las Cañitas, históricamente, fue escenario de quintas y esto permitió que se mantengan numerosos espacios verdes que fueron eje para la construcción de negocios.
Arquitectura: sobre la avenida Luis María Campos, antiguo “camino de las cañitas”, emergen dos imponentes edificaciones, el Hospital Militar y la iglesia Abacial, con un estilo romántico maravilloso.
Decido unirme en esta oportunidad a un grupo de amigos y adentrarme en los rincones del barrio. Nos encontramos a las 5 de la tarde en Luis María Campos y Arévalo, y desde allí comenzamos la caminata que nos revelará muchos secretos. Quisimos reunirnos antes de que caiga la noche para ser testigos de las dos caras de este “barrio gourmet”.
Atención: si elige ir en coche, considere que puede ser difícil encontrar un lugar para estacionar. Es necesario que, en este caso, concurra temprano o aparque en un garage.
Desde el lugar de encuentro llegamos al Solar de la Abadía, un centro comercial con tiendas de las principales marcas de ropa y accesorios, locales e internacionales. Alrededor del Shopping, descubrimos negocios de vino y licores, talabarterías y centros de belleza. Un auténtico espacio para comprar y divertirse.
En el camino, supimos que es una zona muy elegida por los turistas, ya que es considerada una de las más seguras de la capital. Numerosas inmobiliarias ofertan lujosos apartamentos para asegurar la estadía de los que visitan el país.
Asimismo, un vecino nos mostró cuán cerca estábamos del campo argentino de polo: “los días que hay partido, el barrio tiene el mismo movimiento que un sábado a la noche. Un sinfín de personas pasean por nuestro barrio, dándole vida y anécdotas”, nos dijo textual Luis, de 78 años.
Seguimos camino y en Migueletes y Lacroze vimos una parada del bus turístico. Me animo a decirle a mi grupo que no nos equivocamos en la elección. ¡Estaba feliz de pasear por esas calles!
Turismo: como en toda metrópoli, en Buenos Aires también existe un ómnibus que recorre toda la ciudad, visitando los principales centros de atracción, como Las Cañitas.
Hacia las 8 de la noche, observamos cómo aparecían los primeros turistas, buscando un lugar para comer. En este momento nos hallábamos sobre la calle Báez, disertando sobre nuestro destino. Resulta que las opciones incluyen desde comida japonesa, italiana, árabe, española, norteamericana hasta comida de Delhi o los típicos menúes porteños, pizza o parrilla. Coincidimos en visitar Frere Buenos Aires: un espacio múltiple con restaurante, bar y discoteca. La noche estuvo cargada de diversión y de magia: conocimos gente de todas partes del mundo, comimos muy rico, saboreamos excelentes tragos y bailamos hasta las 5 de la mañana, cuando consentimos en ir a descansar para poder continuar los paseos por la ciudad al día siguiente.
Dato: la cena tiene un valor promedio entre 70 y 120 pesos argentinos por persona.
Una promesa nos ata a volver para visitar otros bares, pero no hoy. ¡Será la próxima y muy pronto!
Texto: Milagros Schroder