Propongo para este paseo cuatro ejes que atraigan mi recorrido: deportes, memoria, espacios para descansar y salidas nocturnas.
Comenzando con el tópico deportes, me dirijo hacia la Avenida Libertador y Manuela Pedraza para dar cuenta de todos los centros deportivos que existen en el barrio. La lista la encabeza el CeNARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), un predio con una gran infraestructura para que los seleccionados argentinos tengan un espacio competente para el entrenamiento.
Muy cerca de allí, encuentro el Tiro Federal Argentino y me entero, por un amable señor, que este deporte se practica desde antes de la Revolución de Mayo. Siendo tan histórico, no sorprenden las instalaciones organizadas por tipo de armas. Dentro del predio hay un museo en el que se exhibe una réplica de la Copa Argentina. La original va siendo transferida entre los ganadores del torneo que se disputa cada cuatro años.
Sigo el camino por Libertador y el club Defensores de Belgrano se abre paso ante mi. Entiendo que esta avenida en Nuñez es centro de amplios escenarios que promueven la actividad física y el trabajo en equipo.
Decido seguir mi camino y una torre de más de 40 pisos llama poderosamente la atención. Sobre la avenida emerge un edificio de estilo francés imponente. Esta es la magia del barrio: con calles repletas de casas bajas y avenidas edificadas con importantes desafíos arquitectónicos.
Curiosidad: este barrio era un pueblo creado por un tal señor Nuñez, que donó tierras de su campo para la construcción del tren, en 1873.
Siguiendo por Libertador con sentido a Provincia de Buenos Aires, se halla el Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, ex ESMA, un centro clandestino protagonista de los hechos más oscuros durante la última dictadura militar argentina. El Espacio en la actualidad irradia vida y paz, pero sobre todo un fuerte sentimiento de memoria y lucha por los Derechos Humanos. Para recorrerlo hay que saber que la visita dura tres horas y se ocupa de mostrar los secretos más desgarradores de este predio de 17 hectáreas.
Además, el Espacio ofrece exhibiciones de todas las ramas del arte con una clara inclinación en la defensa de los DDHH. Puede consultar la agenda de actividades en su sitio oficial.
Este lugar es ideal para aquellos que les interesa la historia argentina y para quienes deseen animarse a conocer el “otro” país.
Importante: Cuando decida visitar Nuñez, procure que sea un día de sol. Este es, lamentablemente, uno de las barrios más afectados por las inundaciones en la ciudad.
Cargada de sensibilidad, continúo mi marcha y me dirijo al Parque de los Niños. Días veraniegos en otoño me permiten conocer este magnífico lugar creado en el 2007. El parque está rodeado de una gran arboleda y del Río de la Plata. Tiene reposeras y sombrillas para descansar, canchas de fútbol y de voley, zona de lectura y un sinfín de espacios verdes para disfrutar de la naturaleza en plena ciudad. ¡Sé que no puedo bañarme en estas aguas, pero qué tentadora está la playa!
Dato gastronómico: para disfrutar de todo el sabor de la Patagonia argentina en Buenos Aires, no dude en visitar Placeres Patagónicos, sobre la calle Isidro Labrador. Para lo más osados, recomiendo que prueben la cerveza de frambuesa.
Luego de una tarde natural, me preparo para la noche. Nuñez aloja en su centro más comercial al estadio Obras, protagonista de múltiples recitales de bandas internacionales (de la talla de Pearl Jam) y nacionales. Decido ir hasta ahí, sobre la avenida Libertador, para enterarme qué show darán a la noche.
Sigo mi rumbo y los dejo por acá con más ganas de Nuñez. Después les contaré cómo estuvo el recital…
Texto: Milagros Schroder