«Las callecitas de buenos aires tienen ese que se yo, ¿viste?», cantaba el tango. Uno camina por Palermo hasta que de repente se aparece el Jardín Botánico de Buenos Aires. Un lugar que se asoma como algo distintivo, entre tantos edificios que lo rodean, el Botánico ofrece un hermoso pasatiempo, uno de los más interesantes para llevar adelante en una ciudad, el relax y la paz de lo verde, los colores naturales inundan cada rincón de este oasis porteño.
El Botánico de Buenos Aires invita a sus visitantes a sentir una experiencia particular, una sensación alternativa al ritmo acelerado al que uno se acostumbra a vivir en los tiempos que corren hoy en día. Habitado por distintas especies de árboles y plantas, es el destino predilecto de fotógrafos y turistas, estudiantes y artistas, niños y familias que se acercan a disfrutar de la naturaleza.
Es destacado como una de las actividades en Buenos Aires, ya que fue declarado en 1996 como Monumento Nacional, por constituirse como una reserva natural urbana con un gran valor cultural. Es un paso obligado para aquellas personas que buscan refugiarse de la rutina cotidiana, para los que se interesan por el medio ambiente, por rodearse de vegetación, o bien, para aquellas personas que buscan una pausa para recargar energías. Posee más de cinco mil especies en lo que se refiere a la diversidad biológica, dentro de sus más de siete hectáreas. Allí nos podremos encontrar con algunas plantas aromáticas como el eucalipto, acacias, hortensias, olmos, palmeras, robles, entre otras familias de plantas y árboles.
Gracias a la diversa cantidad de vegetación que posee, se ofrecen varias actividades en el Botánico para que la población, o bien los diferentes visitantes del lugar, puedan conocer un poco más sobre la flora. Los organizadores tienen un amplio y variado abanico de talleres y seminarios para todas las edades. Entre sus diferentes espacios se puede ver cómo coexisten distintos tipos de invernaderos para conservar las distintas especies que habitan en este extenso jardín, en total cuenta con cinco invernáculos. Además en su recorrido uno puede hallar diferentes tipos de diseño paisajístico, pintoresco, simétrico y mixto, y se puede notar una distinción entre dos estilos de jardines diferentes (uno relacionado con lo italiano y otro, con el francés).
Llegando a esta época del año en donde las vacaciones de invierno se acercan rápidamente, o bien para tener en cuenta para la época escolar, es bueno saber que, para los más pequeños, se ofrece visitas educativas con el objetivo de inculcarles el cuidado de la naturaleza y el ambiente, así como también introducirlos al mundo diverso de la vegetación que convive diariamente a nuestro alrededor. Para los grandes no solo se realizan distintos cursos sobre cultivo o educación sobre especies biológicas determinadas, como el cáctus o recomendaciones sobre huertas para determinadas estaciones del año; sino que también, dentro de las actividades en el Botánico, se puede respirar arte, ya sea de la mano de la música, de las artes plásticas o la literatura. A través del recorrido de los diferentes senderos del Jardín Botánico, uno puede apreciar diferentes esculturas que se despliegan a lo largo del espacio, obras de arte con historia que habitan en ese lugar. Es usado como fuente de inspiración de muchos ciudadanos que buscan una musa pura para sus poesías, cuentos, novelas, para sus pinturas y dibujos. Además, se ofrece visitas guiadas para aquellos adultos que quieran conocer un poco más sobre este lugar.
Luego de la tentación que te ofrecimos sobre este rinconcito especial de la ciudad porteña, te invitamos a conocerlo, el Jardín Botánico de Buenos Aires se encuentra ubicado sobre la avenida Santa Fé 3951, en pleno barrio de Palermo. Su horario de apertura es de lunes a lunes de 8 a 18, con entrada libre y gratuita.